En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere.
Julio Cortázar.
Historia tan entrañable la que leía en aquel libro
en un pintoresco hostal en Curloss. —Ferdinand con sus verdaderos sentimientos
enterrados en el orgullo, le decía a Lady Anna que ya no la amaba más. "Imploro vuestro perdón y que los labios de otro hombre borre todo
recuerdo de mi".—
Di un leve suspiro y caí justo en la página en
blanco, eran las tres de la tarde y supe lo que pasaría. Decidí aceptarlo, sin
quejas ni rencores. Nunca tomé aquellas palabras como un simple rumor o un mito
estúpido.
Le daría un último uso a esa página en blanco. Tomé
mi pluma y escribí su nombre: Elizabeth. Mi bella Diosa mexicana. El amor de mi
vida.